Josesito en compañía de su papá, el cubano, José R. Callazo |
Benny Rodríguez
El Salado, Galván.- Hace dos años que los abuelos, tíos y la madre de José Rafael Collazo Castillo (Josecito), no duermen tranquilos, debido a que su padre José Rolando Collazo, lo secuestró, lo que ha incidido, no solo en el estado de ánimo, sino de la salud de esta humilde familia de este distrito municipal.
De acuerdo a nos cuenta su abuela Lucrecia Lourdes Mateo, el pequeño que contaba con apenas cuatro años cuando fue raptado por su padre, hoy tiene seis, José Rolando Collazo Consuegra (José), de nacionalidad cubana, y no han valido los esfuerzos desplegados para dar con el paradero del pequeño.
Todo ocurrió, tal y como nos cuenta la abuelita desesperada, cuando la madre del niño, María Lourdes castillo, se encontraba trabajando en una casa de familia en la ciudad de Santo Domingo, cuando su ex pareja se presentó hasta esta comunidad, unas de las más pobres de la provincia Bahoruco, llevándose al pequeño, causado tristeza y dolor en esta familia.
Cuando el hombre de origen cubano se llevó al bebé se encontraban en la casa los padres y vuelos del niño de la ex mujer del cubano a quienes no mostraron resistencia, debido a los niveles de agresividad que presentaba el secuestrador ante dos personas indefensas: Lucrecia Lourdes Mateo y Evaristo castillo.
Los desesperados padres, quienes dijeron que el chico contaba con apenas cuatro años cuando su padre se lo arrancó de los brazos a sus abuelos, dijeron que ahora este tiene seis y no saben a qué institución dirigirse para dar con el paradero del cubano quien ejerció violencia para llevarse a su propio hijo.
“A veces pensamos que puede estar en Cuba, pero echamos inmediatamente para atrás porque para salir por un aeropuerto hay que contar con los papeles necesarios: Pasaportes, actas de nacimiento y autorización de la madre, por lo que esperamos la colaboración de las autoridades para dar con el paradero del cubano y de mi sobrino”, dijo una tía del menor y estudiante de comunicación social en la UASD en Santo Domingo, Yuleide Castillo Mateo.
José Rolando Collazo Consuegra (José), de origen cubano, se llevó al niño hace dos años sin dejar rastro, por lo que sospechan que este puede estar en algún lugar del país, ya que tienen la percepción de que no ha podido salir de aquí si el debido proceso y los trámites burocráticos requeridos para abandonar el país con un niño que, aunque es su padre, su madre es dominicana.
Los abuelos y su tía, entrevistados por este reportero, presentaban unos niveles de ansiedad y de preocupación, ya que dijeron qué no saben qué habrá pasado con el menor, si está vivo, es bien alimentado y lo más importante si ha sido puesto en la escuela.
José Rolando Collazo y su esposa estaban separados y él como medio de chantaje hacía su ex pareja le decía que se llevaría el niño y jamás volvería a verlo, lo que al parecer ha cumplido con su palabra, cuya negativa de esta hacía el cubano obedecía a los malos trataos, físicos, verbales y emocionales a que era sometida, razón por la cual María Lourdes Castillo decidió separarse de su ex pareja.
Ya no sabemos a dónde ir ni buscar, a quién llamar, para der con el paradero de Joseito desde que nos los arrebató de mala manera su padre, lo que alterado nuestro estilo de vida y de salud, ya que no tenemos paz ni sosiego”, dijo una abuela desesperada quien cuida al niño desde que pronunciaba las primeras palabras.
Hace exactamente dos años y unos días cuando en el mes de noviembre del 2008 el cubano José Rolando Collazo secuestró, por el amor de su madre a su propio hijo, por lo que ante la búsqueda sistemática por la madre y los abuelos de Josecito, dijeron no perder la fe ni la esperanza de dar con paradero, por lo que requieren la colaboración de las autoridades y de la población para conseguir al niño con lo que volvería la paz y el sosiego a este humilde hogar de la provincia Bahoruco.
Si alguna persona, explican puede ofrecer alguna información a las autoridades han ofrecido un número de móvil: (829) 868-3841 con el que pueden comunicarse para ofrecer detalles de dónde puede encontrarse el menor de seis años.