COMICIOS HAITIANOS


EL cólera no impide elecciones del domingo en Haití


EL LUNES LOS PARTIDARIOS DE DOS CANDIDATOS SE ENFRENTARON DEJANDO DOS MUERTOS

Al parecer las heridas, el dolor y la tristeza causadas por el terremoto del pasado 12 de enero, las cuales han revivido con el brote de cólera que ha matado a casi mil 500 personas las elecciones haitianas van este domingo para elegir a un nuevo presidente en el vecino país.
A pocos días para celebrar las elecciones presidenciales y legislativas, la campaña continúa a pesar de los llamados a su aplazamiento por la epidemia del cólera y los problemas de inseguridad que afectan al vecino Estado.
Recientemente 50 personas protestaban en el centro de Puerto Príncipe contra el presidente René Preval y su pupilo Jude Celestin, que se presenta bajo el estandarte de Inité (Unidad), el partido en el poder. En el lugar se incendiaron banderas con los colores del partido gobernante, pero la manifestación no degeneró en mayores actos de violencia.
De acuerdo a las encuestas Celestin es uno de los favoritos para ganar la presidencia junto a Mirlande Manigat, de 70 años, quien fue efímera primera dama de haitiana en 1988 durante la presidencia de su marido Leslie Manigat.
Ni los disturbios que rodearon a la campaña, ni la epidemia del cólera que afecta a la población desde mediados de octubre convencieron a las autoridades de aplazar las elecciones del domingo, como lo propusieron cuatro de los 19 candidatos y grupos de defensa de los derechos humanos estadounidenses y haitianos.
El martes por la noche, el embajador estadounidense en Haití, Kenneth Merten, sumó su voz a la de los partidarios de mantener en pie las elecciones, y dijo que apoyaba "los derechos de los haitianos a participar a elecciones libres, justas y transparentes el 28 de noviembre".
El lunes los partidarios de dos candidatos se enfrentaron en el sudoeste del país dejando dos muertos, sin embargo, conociendo al pueblo haitiano, expertos creen que el clima de violencia amenaza el buen desarrollo de las elecciones, cruciales para la estabilidad de un país devastado por el sismo del 12 de enero, que dejó más de 250.000 muertos y 1,3 millones de personas sin techo.

 
Barahona, República Dominicana.