A sus casi 90 años Doña Mariana tiene que conseguir qué comer y espera no morir sin vivir en un rancho con dignidad

Doña Marina Cuello López

 Benny Rodríguez

Barahona.- A sus casi 90 años, Doña Mariana tiene que emplearse a fondo para conseguir qué comer, lo que cada día se le pone más dificultoso, debido a los achaques de salud que dice tener y que impiden que pueda moverse como lo hacía cuando contaba con menos edad.

Esta anciana, de 82 años, dice que su situación económica es bien difícil y su familia que, al igual que ella, viven en la pobreza extrema, no tienen la manera de ayudarla con el sustento diario, pues no cuenta que están llenos de hijos, sin empleo y viviendo de lo que aparezca.

Muestra las condiciones de casita
A Doña Mariana Cuello López, este diario en diciembre del año pasado construyó una historia en la que contó la estrechez económica en que se desenvolvía y muchos, ayudaron a que pueda hacer la Cena de Noche Buena y disfrutar de la llegada de este nuevo 2011.

Sin embargo, esta mujer que aún conserva todas sus facultades y articula muy bien lo que va a decir, mandó a buscar a este reportero para que la ayudáramos a que “alguien”, ya sea del sector público o privado puedan construirle su casita en donde pueda pasar el resto de sus días con más dignidad.

Sentados en la humilde salita de su vivienda con unos cuantos trastos, dijo estar “muy” agradecida porque muchos la ayudaron, no sólo a que haga la cena de la Noche Buena y disfrutar del Año Nuevo, sino porque, a que pueda ir chequearse al médico, pero no sigue yendo ni compra los medicamentos por la falta de dinero.

La casita

Doña Mariana, reside junto a uno de sus hijos en su humilde casita, techada zinc, hojalatas y tablas, pero, nos cuenta, todo el mundo ve lo que hace dentro por la cantidad de hoyos y cuando llueve se moja porque la cobija no está en buenas condiciones.

A ella no le importa quién pueda ayudarla: el Gobierno, el Despacho de la Primera Dama o alguna institución privada, pero dijo estar esperanzada de que algún buen samaritano pueda venir a contribuir a que los últimos días que les quedan de vida pueda pasarlos tranquila y, sobre todo, con dignidad.

“Tenemos la esperanza de poder encontrar quién o quiénes puedan venir a arreglarnos este rancho antes que nos caiga encima a mi hijo y a mí”, dijo quien a sus casi 90 años no le quitan las ganas de seguir viviendo y como ella misma dice: estoy dura como el palo del guayacán.

Cada mañana busca leña para juntar el
fogón en donde cuece sus alimentos y
prepara su café el que comparte con
sus vecinos
Encontrar quién pueda influir para mejorarle su humilde vivienda es el mejor regalo que puedan hacerle a Doña Mariana, pues se queja de las condiciones de pobreza e insalubridad en que se encuentra producto de la miseria espantosa y de precariedad en que vive.

Buscando leña

Doña Mariana Cuello López, no tiene estufa, pero si la tuviera, tampoco podría usarla, ya que nos argumenta que no podría meterle el diete al gas de cocinar, por lo que tiene que conseguir leña para en el patio de su humilde vivienda preparar los alimentos de cada día, si logra conseguirlos.
 
De ahí que cada mañana esta humilde mujer, a pesar de los quebrantos de salud, a sus dolores en todo su cuerpo, tiene que cada maña recorrer las calles del barrio Palmarito, ubicado en la parte alta de la ciudad a buscar leña para prender su fogón para, por lo menos, hacer mi café.

 
Barahona, República Dominicana.